INAUGURAN UN MONUMENTO AL GENERAL SUSVÍN
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Había nacido un año antes que el General Belgrano, en 1769, y el destino los cruzó por vez primera cuando el General hizo jurar a las Baterías Libertad e Independencia el primer Pabellón Nacional, el 27 de Febrero de 1812 en Rosario, a orillas del Río Paraná.
Nicasio Susvín fue un bravo combatiente del General Belgrano, y tal vez fue su soledad, la falta de una compañia femenina que atenuara sus instintos de varón lo que hizo que, en batalla, fuera el terror de los realistas.
Nicasio Susvín sólo encontraba consuelo a su soledad en la batalla. Nunca había tenido una compañera.
Nicasio Susvín, dicen los historiadores, era tremendamente feo. Nicasio Susvín no conocía el amor de una mujer.
Lo cual no importaba, porque en la guerra fue nuestro Ulises, nuestro Aquiles, nuestro Menelao; el lugarteniente no reconocido por la historia de nuestro General Manuel Belgrano.
Y fue él, justamente, quien guió a nuestros bravos guerreros junto al General en los albores de la independencia, en los comienzos de nuestra patria, y en especial cuando las fuerzas de sus compañeros parecían flaquear.
Nicasio Susvín murió en la más completa soledad, el mismo día que Don Manuel Belgrano, un 20 de Junio, aunque un año después de que la gloriosa existencia del General se apagara para siempre.
Mucho tiempo después, y cerca de estos días que vivimos, su figura apareció en ciertas estampillas del viejo (y ahora privatizado) Encotel, la Empresa Nacional de Correos y Telégrafos.
Un reconocido homenaje seguramente; aunque ya Juan Chassaing había inmortalizado su valía en la batalla en la primera estrofa de la marcha ‘Mi Bandera’:
Aquí está la bandera idolatrada,
la enseña que Belgrano nos legó,
cuando triste la Patria esclavizada
con valor Susvín culos rompió…’
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